No pienses-No preguntes-No critiques-No propongas-No imagines-No digas-No hagas-No divages-No debrayes-No alteres el orden establecido-No te quejes de lo que quieren imponerte.
Mejor...
Obedece. Sonríe, -aunque-sea-de-estupideces, pero sonríe. Diles que sí a todos. A tus padres. A tu novio. A tu novia. A tus "profes". A tu patrón. A Calderón. Al Teletón. Conviértete en un alineado. Enlistado. Etiquetado. Empaquetado. Obediente. Diligente. Un pelele.
Sólo que entonces, apréndete estas frasecitas:
"Sí, señor".
"Lo que usted diga, patrón".
"Cómo usted quiera, señor gobernador".
"¿Así, o lo repito de nuevo, querido profesor?"
¿Estás listo?
¿Las has memorizado?
¡Ah! ¿No quieres hacerlo? Perfecto. Te felicito. Pero responde: ¿cómo defenderás tu postura? Tu decir. Tu hacer. Tu forma. Tu esencia. Tus manías. Tus obsesiones. Tus perversiones. Tus traumas. Tus vicios. Tus pensamientos. Tus proyectos.
Si no lo sabes, y te interesa, espera la próxima entrega.
Si no te importa o no quieres saberlo, entonces corre a masturbarte frente al televisor mientras sueñas que esa mirada que te dirige William Levy o Maite Perroni es para seducirte a ti, oh, sí, sólo a ti, efebo ingenuo del automatismo mediático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario